Wednesday 5 April 2023

Toques de la Revolución Griega de 1821 (Parte I)

 

Grecia en las ruinas de Messolongi. Eugenio Delacroix.

Romanticismo (finales del siglo XVIII - mediados del siglo XIX): Movimiento artístico que se inició en Alemania y Gran Bretaña y se extendió a Francia, España y otros países europeos. Poniendo más énfasis en la emoción que en la lógica -sin rechazarla- los artistas intentan evocar la emoción al receptor y muchas veces expresan el sentimiento de insatisfacción. Así que varios de ellos dirigieron la mirada hacia nuevos lugares -como Grecia y España[1]- en busca de nuevas fuentes de inspiración. Una de las muchas y distintas características del romanticismo es la representación del punto de vista personal y el estado interior del artista en la obra. Para hacerlo más sencillo y comprensible, si nos fijamos en una pintura renacentista, un paisaje por ejemplo, observaremos la naturaleza idealizada (cielo azul, flores de colores, verdes prados, nubes, hermosos angelitos, etc.). Por el contrario, en el romanticismo, la naturaleza expresa lo que siente el propio artista. Si está enamorado, la naturaleza será hermosa y las imágenes celestiales. Si está triste, es probable que en un paisaje llueva. Si está muy ansioso, el mar se representará oscuro y feroz, las olas golpearán sin piedad las rocas.

 

El nacimiento de Afrodita. Sandro Botticelli.


Este enfoque diferente se refleja, también, en el cuerpo humano. Si para los pintores del Renacimiento la figura ideal es, por ejemplo, la de la Venus de Botticelli, los pintores románticos se mueven nuevamente en el mismo contexto que describimos anteriormente. Para entender la diferencia, pensemos en Grecia en las ruinas de Messolongi de Eugene Delacroix. Por un lado, la deificación del cuerpo femenino y la admiración por la belleza clásica y, por otro, la expresión de desesperación, angustia e incertidumbre. Afrodita tiene las manos cruzadas, lujuriosa, vulnerable, prometedora. Grecia con los brazos abiertos parece heroica, protestante y al mismo tiempo majestuosa en su miseria. Es como si estuviera diciendo: "no tengo nada más para dar", "¿no ves lo que está pasando?" Así, dentro de este contexto de romanticismo, varios artistas funcionaron -como diríamos hoy- como influencers. Los cuadros, la “televisión” y el “cine” de la época, servían de convocatoria con muchos destinatarios -principalmente la burguesía naciente- y transmitían de manera muy sencilla y sucinta el mensaje: Mirad cómo se han convertido los descendientes de Sócrates, Platón y Aristóteles, cuyos libros leéis y admiráis. ¡Daos prisa! ¡Ved cómo luchan solos contra la bestia otomana y poned a ayudarlos! Lo mismo sucedió con la poesía romántica, el "social media" número uno del periodo romántico en lo referente a la literatura. Víctor Hugo, Friedrich Schiller, Percy Shelley y, por supuesto, George Gordon Byron, más conocido como Lord Byron, son tan sólo algunos de los nombres que contribuyeron a sensibilizar la conciencia pública, ya que sus obras fueron leídas en clubes y tertulias de los principales países europeos y dieron impulso al desarrollo del filohelenismo.

 

[1] Aunque durante la primera década del siglo XIX España está llevando a cabo su propia lucha de liberación contra los franceses, los datos históricos de los dos países y los hechos acontecidos durante este período no son de ningún modo idénticos. Indudablemente, sin embargo, ambos lugares fueron fuente de inspiración para los artistas románticos.